Mientras que los tatuajes son cada vez más comunes, la parte del cuerpo en la que se hace continúa teniendo un cierto significado social. Piensa por ejmplo en la diferencia entre una flor tatuada en el antebrazo o en un lateral del cuello.

Para muchos, los tatuajes en el cuello tienen una mala reputación, probablemente debido a su popularidad entre pandilleros y prisioneros. Incluso se les llama “job stoppers” (“bloqueadores de trabajo” en inglés) entre algunos profesionales de la industria, y muchos tatuadores se niegan a tatuar cuellos a menos que ya tengas todo el cuerpo tatuado, trabajes en el sector, tengas tu propio trabajo, o seas famosa o famoso.

En 2015, el artista neoyorquino Dan Bythewood le negó un tatuaje en el cuello a la periodista Jane Marie, ésta lo hizo público, y desató un polémico debate sobre los códigos de honor del tatuaje y marcó claramente una división generacional dentro de la escena.

La verdad es que, si se hacen bien, los tatuajes en el cuello pueden parecer bonitos y sofisticados, sin la necesidad de tener un bodysuit (tatuaje de cuerpo entero). La tecnología de tatuaje está evolucionando constantemente y la evolución de los diferentes estilos de tatuaje han ampliado las posibilidades, permitiendo líneas más finas e imágenes más suaves, y a medida que los lugares de trabajo se van relajando, las reglas comienzan a desaparecer.

El aumento en la popularidad de los tatuajes de línea fina situadas en el cuello es innegable. Solo lleva entre 15 y 30 minutos, y siempre se puede recurrir al maquillaje si necesitas cubrirlo por algún motivo. Por estas razones, los tatuajes en el cuello están atrayendo a un creciente número de clientes, incluidos profesionales de alto nivel en variedad de industrias, como Rihanna, Hailey Baldwin, Neymar o Ruby Rose.

Como cualquier otro tatuaje, uno en el cuello debe ser realizado por un artista experimentado. Antes de hacértelo, debes pensar en la estética: coloca el calco, retrocede en el espejo y fíjate cómo se ve a unos metros de distancia, girando el cuello y asegurándote de que el tatuaje pertenece a ese lugar. Asegúrate de que sea el lugar correcto al 100%, incluso si tienes que colocarte el calco 50 veces.

Obviamente, no quieres hacer algo que se vaya a desdibujar cuando tu piel empiece a arrugarse. También tienes que pensar en el período de curación, y en los giros y movimientos del cuello.

Los tatuajes pequeños en esta parte del cuerpo son generalmente bastante fáciles de manejar, pero los tatuajes grandes, como los que cubren la garganta, son realmente dolorosos, y sentirás un intenso dolor.