Simbología de tatuajes: Medusa
Medusa, uno de los personajes más populares de la mitología griega, era originalmente una hermosa doncella, «la celosa aspiración de muchos pretendientes»
Según la mitología griega, Medusa era originalmente una bella doncella que cometió una ofensa que enfureció a Atenea, diosa de la sabiduría, quien transformó el hermoso cabello de la joven en serpientes y le dio el poder de petrificar con la mirada. Como en todo mito, hay varias versiones diferentes, y entre las historias de por qué sufrió semejante castigo destacan dos.
En la versión más popular de la historia, Medusa, la única mortal de las tres hermanas gorgonas hijas de Forcis y Ceto, era una extremadamente bella sacerdotisa del templo de la diosa Atenea. Poseidón, dios de los mares, quedó impresionado por su belleza, y excitado por el color dorado de los cabellos de Medusa no pudo resistir su encanto y la violó en el mismo templo, quedando Medusa embarazada. Al descubrir la profanación de su templo, la "virginal" diosa Atenea, celosa y enfurecida, castigó a la joven transformando su hermoso cabello rubio en serpientes y dando poderes de petrificación a su mirada, convirtiéndola en un monstruo sin alma, al igual que sus hermanas gorgonas.
En otra de las versiones de la historia, Medusa era una bella joven que estaba muy orgullosa de su belleza, y cuando no estaba presumiendo y alardeando de ello, se pasaba el tiempo contemplando su reflejo en el espejo. Un día, Medusa visitó por primera vez el templo de Atenea, lugar decorado con esculturas y pinturas tan increíbles que todo el que entraba se sentía sobrecogido por la belleza del lugar, y no podían hacer otra cosa que sentirse agradecidos con la diosa. Medusa, en cambio, siguió alardeando de su belleza y Atenea, enfurecida, le dijo que la belleza ni consuela al enfermo, ni enseña a quien no sabe, ni alimenta al hambriento, y se marchita rápidamente en todos los mortales. Como castigo, utilizó sus poderes para que cualquiera que la observara quedara petrificado, incluida la propia medusa, para recordar al resto de mortales que deben controlar su orgullo.
En las dos versiones, la diosa Atenea la convirtió en un monstruo que convertía en piedra a aquellos que la miraban fijamente a los ojos.
Según cuenta la historia Medusa fue decapitada a manos de Perseo, un semidiós hijo de Zeus y Dánae que contó con la ayuda de Atenea para cometer el acto. Después de su decapitación, la cabeza cortada de Medusa todavía conservaba sus poderes, y de la sangre que brotó del cuello surgieron Crisaor y Pegaso, los dos hijos que Medusa tuvo con Poseidón.
Según Ovidio, poeta romano, Perseo pasó por el noroeste de África junto al Titán Atlas, que estaba allí sujetando el cielo, y utilizó la cabeza para transformarlo en piedra.
De forma parecida, se decía que los corales del Mar Rojo se habían formado de la sangre de Medusa que salpicó las algas cuando Perseo dejó la cabeza petrificadora junto a la playa durante su breve estancia en Etiopía, donde salvó y se casó con la hermosa princesa Andrómeda.
Incluso se decía que las víboras venenosas del Sáhara habían brotado de las gotas caídas de su sangre, y sería la razón por la que hay tantas serpientes venenosas en el continente africano.
Finalmente Perseo entregó la cabeza a Atenea, quien la colocó en su escudo, la égida, para su protección.
Según algunas fuentes, la diosa le dio la sangre mágica de Medusa al médico Asclepio, pues la sangre tomada del lado derecho de una gorgona podía resucitar a los muertos, mientras la sangre del lado izquierdo era un veneno instantáneamente mortal.
Se ha interpretado en numerosas ocasiones, que Medusa era en realidad la representación del poder y sabiduría femenina, y símbolo de seducción femenina, cuyo encanto no pudo resistir ni el mismísimo dios Poseidón, sumado al poder de su mirada de convertir a los hombres en piedra.
En la antigüedad, la imagen de Medusa se ubicaba en todo tipo de lugares, desde puertas, suelos, monedas o escudos a lápidas y corazas, para propiciar su protección y con la esperanza de alejar el mal, y este es también uno de los motivos por los que también es tan popular como tatuaje, a modo de amuleto o protección contra el mal de ojo.
De todas formas, el hecho de que se utilice a Medusa como protección se ha tomado como una metáfora del poder del hombre sobre la mujer por algunos grupos feministas. Medusa, símbolo de la sabiduría y poder femenino, fue derrotada y decapitada por un héroe, alegoría que instala el sistema del patriarcado. Y su cabeza decapitada, exhibida en el escudo de Atenea, se replica en numerosas obras de arte y arquitectura a modo de recordarnos el triunfo y reinado del hombre sobre la mujer, de su sometimiento.
Desde hace siglos, Medusa ha sido inmortalizada en numerosas obras de arte, incluyendo el famoso Medusa de Caravaggio (1597), y también es desde hace décadas uno de los motivos de tatuaje más populares.
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